miércoles, 3 de diciembre de 2008

La generosa y sectaria historia de la memoria de Cascallana

Imposible ser más sectario. Según Cascallana la Transición fue un favor que el Movimiento Obrero le hizo a España. El último Pleno municipal fue pródigo en excesos verbales de la izquierda totalitaria, pero la palma se la llevó, sin duda, esta burrada del Alcalde, que parece estar disputando un concurso con Pepiño Blanco a ver quién dice la tontería política más gorda. Ambos son expertos en manipulación y en extravagancia política, ambos se permiten todo tipo de desahogos porque no conocen el ridículo; y ambos tienen, precisamente por eso, la credibilidad por los suelos.
En el Pleno se planteó una extravagante resolución por la que el Ayuntamiento de Alcorcón, en aplicación de la Ley de Memoria Histórica, se pone al servicio de todos aquellos vecinos que deseen recuperar a sus familiares desaparecidos durante la dictadura franquista en el municipio de Alcorcón. Extravagante, sin duda, porque no había noticia de que alguien haya reclamado alguna vez una cosa parecida.
En realidad, este asunto servía como excusa para que Cascallana volviera a pegarnos otro sermón de los suyos acerca de lo buena que es la izquierda y lo malo que es el Partido Popular, heredero del franquismo, como llegó a decir el viejo manipulador.
Resultó patético escuchar al totalitario repetir toda la cantinela de la progresía pelmaza sobre el Gobierno legítimamente constituido y el Golpe de Estado y el Régimen fascista del general Franco, y vuelta y dale con la tabarra.
Y como Cascallana es más que nadie, sintió esa necesidad tan suya de pasarse siempre dos pueblos y acabó perdonando la vida a todos los demócratas que hicieron la Transición, empezando por Adolfo Suárez y Manuel Fraga, a quienes el Movimiento Obrero no encarceló porque son muy generosos, de manera que la izquierda fue la única que hizo un sacrificio en aquellos momentos.
En definitiva, que todo lo que nos han contado hasta ahora sobre la reconciliación y la superación de viejas heridas y viejos enfrentamientos era una milonga de los franquistas, que no están muertos o en la cárcel de milagro, del milagro que supone tener con nosotros esta izquierda tan generosa que nos deja vivir y presentarnos a las elecciones, y hasta votar.
Gracias Cascallana.

No hay comentarios: