Cuando se desprecia la libertad y se tienen muy pocos escrúpulos, no es extraño que se perpetren ataques como el que el alcalde de Alcorcón, Enrique Cascallana Gallastegui, ha realizado contra el colegio adjudicado por la Comunidad de Madrid en el Ensanche Sur, que es un ataque en toda regla al derecho a la educación y a la libertad de elección de centro de enseñanza.
El cascallanismo mantiene un penoso pensamiento único en lo que se refiere a la enseñanza, que ha de pasar siempre por sus tristes prejuicios de izquierdistas antiguos, superados por la realidad y, sobre todo, por el interés de la inmensa mayoría de los padres de Madrid.
Por eso califica de “segregacionista” a un colegio que ofrece enseñanza diferenciada para niños y niñas. Intenta el viejo manipulador apuntarse a los nuevos colores que luce la piel de la presidencia de Estados Unidos y desprecia, como no cabe menos en un progre de los de antes, a los que verdaderamente sufrieron la segregación racial en los años terribles del racismo estadounidense o del Apartheid sudafricano. Y se escandaliza como una vieja beata ante la posibilidad de que los padres de Alcorcón elijan una enseñanza que difiere de su modelo laico, igualitarista por abajo, uniformador, que no premia el esfuerzo ni el trabajo, ni transmite valores humanistas y de respeto a las creencias de los demás, que odia la diferencia entre personas e intenta anular su libertad y sus potencialidades.
En su habitual estilo insultón, y amparado desde las elecciones en su blindaje de “persona aforada”, acusa a la enseñanza diferenciada de “promover la cultura machista”, cuando bien sabe él que es una mentira y una acusación muy grave, que muchos de sus compañeros y compañeras, educados en centros de este tipo, pueden aclararle; y que, si se enfrentara a otro tipo de instituciones, le llevaría ante los tribunales.
A Cascallana, como a toda la izquierda, la libertad le pone enfermo. A Cascallana le gustaría que en Alcorcón la oferta educativa fuera como la de Parla o Rivas, reductos madrileños del fundamentalismo de izquierdas, donde las familias no pueden llevar a sus hijos a colegios concertados porque el Gobierno municipal se empeña en evitarlos. A Cascallana le gustaría que los miles de padres y madres de Alcorcón que quieren educación concertada, ya sea religiosa o laica, mixta o diferenciada; pasen por el aro y se plieguen a sus caprichos ideológicos, a sus prejuicios y a su imposición totalitaria.
Claro que, afortunadamente para los alcorconeros, las cosas no son como le gustaría a Cascallana. Madrid es una comunidad abierta para estudiar en inglés o castellano, en la que a ningún alumno se le imponen ideologías o creencias obligatorias y en la que los padres pueden elegir la formación educativa que quieren para sus hijos. Por eso este curso escolar el 86.3% de las familias madrileñas ha conseguido plaza en su centro de primera opción. Porque la libertad de elección de centro y de tipo de educación para los hijos es el punto de partida esencial para tener un modelo educativo de calidad.
No es extraño que los madrileños, que no son tontos, revaliden en cada elección al Partido Popular en el Gobierno de la Comunidad. Porque saben que en éste de la educación, como en tantos otros ámbitos, un Gobierno popular ofrece garantías de respeto a la libertad.
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3 comentarios:
De Cascallana no vamos a descubrir nada nuevo. Sin novedad en el frente. Pero en algo sí lleva razón el PSOE. No se puede regalar suelo público a un ente privado con ánimo de lucro, con el agravante de que se trata de un centro educativo. Y no sólo esto. Que será el único cento educativo de la zona, por lo que se coharta la libertad de elección de los padres a la hora de elegir un colegio para nuestros hijos. El problema no es que sea un centro religioso o no. Esto no sería problema si colocan al lado otro centro educativo público, para que cada uno elij líbremente donde quieren que sus hijos estudien.
El PP de Alcorcón se vuelve a equivocar defieno una situación mala para los vecinos. Y repito. El problema no es la religiosidad del centro educativo. El problema es que se regala suelo a un centro con ánimo de lucro, sin dar elección a otra cosa.
Por eso, como Ustedes señalan, no es de extrañar que los vecinos de Alcorcón, que no son tontos, den cada día menos votos a los dos partidos, que sólo luchan por sus intereses particulares.
Estimado amigo:
Gracias por visitar nuestro blog y participar en él. Le ofrezco algunas aclaraciones a su comentario.
En primer lugar, sepa que el suelo no se regala porque se trata de una concesión temporal y la organización que gestionará el colegio no tiene ánimo de lucro.
Respecto a coartar alguna libertad, entiéndame bien, habiendo más oferta de centros educativos con idearios diversos hay más posibilidades de elegir, que es en lo que consiste la libertad. Es fácil de entender si no se tienen complejos y prejuicios de izquierda lo cual, lamentablemente, parece ser su caso.
Atendiendo a los datos, no parece que desde el Partido Popular defendamos algo malo para los vecinos ya que son precisamente las plazas en colegios concertados las más demandadas en Alcorcón y en el conjunto de la Comunidad de Madrid. No entienden los vecinos que estos colegios sean malos, lo entiende usted pero, ya le digo, es algo que tiene que ver con sus prejuicios de izquierda que no son compartidos, afortunadamente, por la mayoría de los madrileños.
Y, por último, insisto también con los datos, en las últimas elecciones generales el Partido Popular ha tenido los mejores resultados de su historia, tanto en número de votos como en porcentaje. No parece ser cierto que cada vez le voten menos, lo cual sería lo que a usted y a su partido le vendría bien. Pero no es bueno confundir la realidad con los deseos.
Tigres, tigres, Leones Leones...todos quieren ser los campeones...
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